Jesucristo es el camino a la restauración
Lo que se perdió en Edén fue mucho más que un paraíso terrenal, fue la esencia misma de aquello para lo que el ser humano ha sido creado, su relación íntima con Dios. Al perderse, el ser humano perdió la plenitud, la cual añora y busca apasionadamente; por eso, no podrá hallarla fuera de aquel quien lo creó para sí.
La obra redentora de Cristo en la cruz es mucho más que un concepto metafísico o espiritual, es la apertura de la puerta de retorno a esa relación. En Jesucristo el ser humano se halla otra vez con acceso a una perfecta relación con Dios Padre, se halla nuevamente en plenitud.
Es bajo esta perspectiva que el apóstol Juan nos recuerda: “más a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios” (Juan 1:12-13). ¿Qué significa esto?, pues no es otra cosa que la restauración de la humanidad por medio de la obra redentora de Cristo a una relación perfecta con el Padre eterno.
El ser humano en Cristo, se halla a sí mismo renacido, hijo de Dios, en una relación en la que ya no hay intrusiones ni desapegos, sino plenitud absoluta. El ser humano en Cristo se halla de vuelta en Dios, en aquel que lo restaura a perfecta bondad y plenitud.
Conclusión
Aunque algunos autores pueden llegar al extremo de espiritualizar el concepto de las relaciones interpersonales y otros llevarla al extremo de sobre naturalizarlas, la conclusión es que las relaciones saludables solo serán posibles cuando sean una extensión de una autoestima saludable; esta a su vez, solo será posible cuando emane de una relación sana y profunda con Dios.
Dicho de otra manera, si el ser humano busca la plenitud en las relaciones humanas se hallará irremediablemente defraudado. Al mismo tiempo, si el ser humano decide aislarse de toda relación humana en la búsqueda de una perfecta espiritualidad, se hallará a sí mismo insatisfecho. La verdadera plenitud humana resulta de la relación con el creador, la cual define la identidad del ser humano, y de cuyo seno emanan las relaciones interpersonales con el prójimo.
[1] Donald R. Hands and Wayne L. Fehr, Spiritual Wholeness for Clergy: A New Psychology of Intimacy with God, Self and Others (Lanham: The Alban Institute, 1993), cap. 1, sec. 4.
[2] Hands and Fehr, Spiritual Wholeness.
[3] Scott A. White, “Imago Dei and Object Relations Theory: Implications for a Model of Human Development,” Journal of Psychology and Theology (1984): 286-293.
[4] John Calvin, Institutes of the Christian Religion, Boom First, Chapter 1, accessed September 18, 2020, https://www.ccel.org/ccel/calvin/institutes.iii.ii.html.
[5] Don Kimball, Power and Presence: A Theology of Relationships (San Francisco: Harper & Row, 1987), 64.
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