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Bypass espiritual: un error peligroso
¿Alguna vez escuchaste el término bypass? Esta es una palabra inglesa que hace referencia a un conducto que permite la fluidez de un objeto a través de un canal previamente obstruido. Sin embargo, en su forma verbal, literalmente significa “descuidar o ignorar generalmente con intención– evitar”.[1] Este es el uso coloquial más común para esta palabra. Fuera del ámbito médico o de la construcción, la palabra bypass se utiliza en conversaciones casuales cuando se quiere hacer referencia a la actitud de evitar algo o a alguien. Por eso el diccionario bilingüe traduce la palabra como: “evitar, sortear, rodear, eludir u omitir”.[2]
Una lectura crítica
Ahora bien, la terminología “bypass espiritual” ha sido acuñada recientemente por los profesionales de la salud mental en respuesta a la creciente ola de aceptación espiritual en este campo de la investigación.[3] Esta terminología se refiere, en palabras de Gabriela Picciotto y Jesse Fox, a la práctica de evitar la resolución de problemas personales desviándolos hacia principios espirituales y dejándolos sin resolver.[4]
En otras palabras, la práctica del bypass espiritual se refiere a la costumbre de evitar un proceso de verdadera sanidad derivándolo a la aplicación superficial de principios espirituales. El bypass espiritual es una práctica común, pero poco saludable dentro de las comunidades religiosas. Lamentablemente algunas de las áreas donde los cristianos suelen aplicar este desvío espiritual es dentro de la familia. Por eso, el matrimonio, la paternidad y la muerte de un ser querido son tres ejemplos de esta situación.
En el matrimonio
En el caso del matrimonio, muchos cristianos admitirán que permanecen en relaciones maritales poco saludables por temor a fallarle a Dios o decepcionar a sus comunidades. En lugar de buscar un consejero capacitado para resolver los problemas, los creyentes con frecuencia intentarán ajustar su relación a un conjunto de “valores bíblicos”. Sin embargo, por veraces y piadosos que sean estos conjuntos de valores, los mismos no son suficientes por sí solos para hacer que una relación sea funcional; para que una relación sea funcional, es necesaria una transformación profunda.
En la paternidad
En la crianza de los hijos no es raro que los hijos de familias, profundamente religiosas, abandonen la fe al llegar la edad adulta. Una queja común entre estos niños es el estilo de crianza que estaba lleno de una letanía de mandatos bíblicos, pero muy poca atención a sentimientos, luchas y relaciones profundamente personales. Los padres frecuentemente afirmarán su “autoridad dada por Dios sobre sus hijos” y tratarán de resolver cada problema prescribiéndoles un versículo bíblico. El resultado de este estilo de crianza es un profundo resentimiento hacia Dios y los padres en nombre de los hijos.
En la pérdida
Finalmente, lidiar con la pérdida de un ser querido puede ser una experiencia solitaria para un creyente. Muchos cristianos son incapaces de expresar tristeza y dolor debido a una falsa expectativa de consuelo inmediato por parte de Dios y la promesa de resurrección. Para cada uno de estos ejemplos, el problema real no es el principio bíblico que se aplica a la situación, sino la forma en que se prescribe.
Repaso
La forma correcta de abordar la situación de la pareja es que busquen un consejo matrimonial que los ayude a navegar a través de sus problemas mientras buscan el resultado correcto, que es una relación funcional e íntima basada en los principios bíblicos. En el caso de la crianza de los hijos, el uso de versículos bíblicos y la afirmación de la autoridad bíblica nunca deben usarse como una muletilla para descuidar o aun eludir la necesidad de una relación cálida y profunda entre padres e hijos. Los padres deben seguir el ejemplo del estilo de crianza profundamente relacional de Dios. Finalmente, al lidiar con la pérdida de seres queridos, los cristianos deben poder navegar libremente a través de cada etapa del duelo. El consuelo de la resurrección futura debería ser reconfortante y no condenatorio.
Conclusión
En cada situación, la espiritualidad y los principios espirituales son un buen marco desde donde ir. Sin embargo, cuando no se aplican con la ayuda de un enfoque más holístico y profesional, no son suficientes. Al mismo tiempo, cuando se aplican incorrectamente, pueden ser contraproducentes e incluso peligrosos.
La espiritualidad es un elemento profundamente real e integrativo de la experiencia humana. Este elemento es cada vez más reconocido y aceptado por los profesionales de la salud mental como un elemento ineludible y necesario para el bienestar integral de la persona. Para los cristianos esta espiritualidad fluye del fundamento de una relación genuina con el Dios vivo, el cual promete cohabitar en el creyente por medio del Espíritu Santo, dándole testimonio de paternidad (Romanos 8:16-21) y guiándolo a una profunda relación activa, íntima y real. Esta relación está fundamentada en el testimonio de la Escritura y en la fe de la obra redentora y la resurrección de Jesús de Nazaret.
Sin embargo, el peligro del bypass es convertir esta relación espiritual en una especie de fórmula mágica que elude la responsabilidad de buscar una verdadera sanidad. Es decir, la espiritualidad no se limita a una serie de máximas a ser aplicadas como mantras para resolver cada situación. Al mismo tiempo, la espiritualidad no excluye la necesidad de utilizar herramientas complementarias que sirvan para el bienestar integral de una persona. Entonces, bien aplicada, la espiritualidad, y en nuestro caso la fe bíblica, es el fundamento del cual surge nuestra sanidad interior, es al mismo tiempo la meta relacional a la cual queremos llegar. Pero este fundamento y esta meta deben construirse sobre una genuina relación con el Dios vivo y real, y sobre un proceso genuino de sanidad y no usarse como una excusa para obviar dicha relación y proceso.
[1] “Bypass”, Merriam-Webster Dictionary, consultado el 12 de diciembre de 2020, https://www.merriam-webster.com/dictionary/bypass.
[2] “Bypass”, Lynguee, consultado el 12 de diciembre de 2020, https://www.linguee.es/ingles-espanol/traduccion/bypass.html.
[3] Cf. Craig S. Cashwell, Paige B. Bentley y J. Preston Yarborough, “The Only Way Out is Through: The Peril of Spiritual Bypass”, Counseling and Values 51 (2007): 139-40.
[4] Gabriela Picciotto y Jesse Fox, “Exploring Experts’ Perspectives on Spiritual Bypass: A Conventional Content Analysis”, Pastoral Psychol 67 (2018): 66–67. https://doi.org/10.1007/s11089-017-0796-7; ver también Craig S. Cahswell, Jane E. Myers, W. Matthew Shruts, “Using the Developmental Counseling and Therapy Model to Work With a Client in Spiritual Bypass: Some Preliminary Considerations,” Journal of Counseling and Development 82 (2004): 403-4.
La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.
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