BUSCAR

Un salmón contra corriente

Si hay un hecho conocido acerca del salmón, aparte de ser sabroso, es que en época de cría sale del mar y sube el río contra corriente para volver al lugar donde nació a tener sus crías. En nuestro caso, tenemos que hacer un viaje similar periódicamente, volver a la palabra de Dios para asegurarnos de que la sociedad a nuestro alrededor no influya nuestro caminar. A veces todo parece tan «normal y rutinario» que la corriente nos arrastra y nos volvemos reflejo de una cultura que dista mucho del modelo de cristianismo que presenta Jesús, el apóstol Pablo y otros autores bíblicos. Por ello, deseo reflexionar y analizar algunas tendencias de la sociedad posmoderna que nos rodean, para así evaluar nuestro caminar y asegurarnos de que nuestros ojos estén puestos en las cosas de arriba. A la vez, también pretende reflexionar sobre aquellos elementos que no son malos en sí y que pueden ser utilizados para el avance del Reino de Dios.

Avance tecnológico sin precedentes –no todo es malo
Un ejemplo de elementos que pueden ser utilizados para el avance del Reino son los desarrollos tecnológicos, sin precedentes en la historia, que la posmodernidad ha traído consigo. Computadoras, Internet, satélites, telefonía móvil, etc., han llegado para facilitar los negocios, las comunicaciones, las relaciones interpersonales, acortando tiempo y distancia. Aunque muchos piensen que la tecnología es una «herramienta del diablo», por el mal uso que se le ha dado (por ejemplo, para la pornografía en general), en sí esta no es un problema, sino una herramienta. Como dijo Jesús, el problema no es lo que viene fuera del hombre, sino lo que hay en el corazón de este, el pecado. Los avances tecnológicos son instrumentos que hoy día facilitan la transmisión de la palabra de Dios e incluso ayudan en el ministerio social que muchas misiones realizan en países en los que hay persecución.
Junto con el avance tecnológico, también se percibe un cambio en las tendencias de valores. Para entender algunas de esas tendencias es importante captar la idea principal que está detrás de ellas. Si la Modernidad, surgida tras el Renacimiento, veía el futuro de una manera esperanzada, con una fe exagerada en el individuo y en sus posibilidades gracias a los avances de la ciencia y la razón, el siglo presente puede caracterizarse como un «cementerio de esperanzas, como fin de las utopías».

Dámelo todo ahora –lo instantáneo
Es importante entender que el efecto de la muerte de las ideologías conlleva la pérdida del sentido de dirección en la forma de percibir los procesos sociales, que se traduce en una actitud de disfrute del momento presente, sin aplazar las satisfacciones. En palabras del popular cantante Pitbull, en su canción «Give Me Everything» (Dámelo todo):

Esta noche quiero todo de ti, esta noche
Dame todo esta noche
Hasta donde sabemos quizás no haya un mañana

Usar y desechar –lo efímero
A partir de esta ideología «sin mañana», nace una generación de lo instantáneo y lo efímero. Por ello, mientras que la Modernidad valoraba la calidad y buscaba producir y conseguir productos y cosas que durasen toda la vida, hoy, por el contrario, para que algo sea efectivo debe poder recibirse en forma instantánea, sin importar su duración. Esto es muy común verlo en los productos domésticos, los cuales son fabricados para «usar y desechar». Lamentablemente, este tipo de mensaje no se utiliza solo para lo material, sino también en el plano de relaciones interpersonales.

«Consumo, luego existo» –el tener antes que el ser
Una consecuencia inmediata de lo efímero e instantáneo es el abandono de las normas morales tradicionales. Sin estas normas morales, lo importante es «la valoración del propio placer por encima de todo». En las amistades, por ejemplo, el hedonismo es el que reina, observándose un incremento del factor conveniencia y egocentrismo por encima del afecto y el compañerismo. Lo que realmente le interesa al ser posmoderno es el deleite y el placer, «pasarla bien» es su ideal. Para ello, concentra todas sus fuerzas en la realización personal, basándose en el hedonismo y, por consiguiente, en el consumismo. Antes la frase célebre era: «Pienso, luego existo» (Descartes). Hoy la frase de turno es: «Consumo, luego existo». No hay valores absolutos que restrinjan la búsqueda del placer. Lo que prima es lo que haga al individuo sentirse bien.

Este artículo nos ha llevado a través de un viaje recorriendo diferentes ideas que permean nuestra sociedad. Sin embargo, hemos llegado a la etapa en la que necesitamos evaluar si estas convicciones están influyendo nuestro caminar. Como el salmón que hace su recorrido contra corriente para volver a su hogar para procrear, necesitamos examinarnos y volver a la Palabra para evaluar si hay cosas que necesitamos cambiar. Por ejemplo, ¿es verdad que lo importante es el ahora y que no hay un mañana?; ¿hay un mañana para el cristiano?; ¿cómo afecta esa ideología de «usar y tirar» nuestra mayordomía de lo que Dios nos da? Y en cuanto al relativismo moral, ¿hay valores que necesitamos rescatar? Si no nos percatamos, podríamos ser arrastrados por la corriente del día a día. Pero como no somos salmones, tenemos la oportunidad de poner en práctica las enseñanzas de la Palabra, fomentando el amor entre los hermanos, la unidad, el respeto, la compañía y otros valores cristianos, ofreciendo al hombre postmoderno algo diferente: una oportunidad de experimentar el amor de Dios que es instantáneo, incondicional y eterno, y una esperanza en un mañana; una forma más auténtica y plena de vivir la vida.

Compartir

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp

Suscríbete

Archivo

Publicaciones mensuales

Lo más popular

Para estar al día

Publicaciones recientes

Podcast

Disciplinas espirituales, parte 4

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »

Disciplinas espirituales, parte 3

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »

Disciplinas espirituales, parte 2

La espiritualidad cristiana, definitivamente, tiene que ver con la totalidad de la vida, es decir, se lleva a cabo y se ejercita en lo individual y en lo comunitario, en la soledad y en lo social. También es cierto que esta tiene un fin: acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo. ¿Cuáles son aquellas prácticas que nos ayudan a ser mejores discípulos del Señor? ¿Qué es, realmente, la “espiritualidad cristiana”? ¿Hemos olvidado ejercicios espirituales valiosos? Te invitamos a unirte a esta nueva conversación.

Escuchar »