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Liberándonos del escepticismo

TEMPORADA 03 | EPISODIO 08

«Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no creeré». Estas fueron las palabras del apóstol Tomás cuando sus amigos le dijeron que habían visto al Señor resucitado. Jesucristo, comprendiendo a Tomás,  se presentó ante él para desvanecer su incredulidad. Después de esto, Tomás acabó por hacer una de las confesiones más grandiosas y profundas del Evangelio de Juan: «¡Señor mío y Dios mío!». Te invitamos a escuchar más sobre este fascinante relato.

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